Hay un ruido bajo que todos oímos:

Una grieta en lo cotidiano. Cambian los carteles, cambian las frases, pero la sensación persiste. Tiene muchos nombres, nadie hace nada, todos esperan que alguien haga algo más que mirar...

Vivimos rodeados de pantallas, algoritmos, sonrisas forzadas. Pero debajo late algo que no se apaga.

SINTOMA es ese pulso: el recordatorio de que hay algo que no va bien.

No somos una marca, somos una consecuencia.

Si lo sientes, ya formas parte.